formación de profesionales en la educación

formación de profesionales en la educación 
Es por todos conocido que en la actualidad se están produciendo grandes transformaciones en el orden económico, político y social a nivel mundial, que tienen un impacto en la concepción del hombre y su relación con el mundo evidenciándose importantes cambios en la educación, tanto en su concepción general, como en los enfoques pedagógicos y los   lo axiológico y actitudinal, con un énfasis en lo valorativo sin que ello implique minimizar lo cognitivo, todo ello como resultado de una visión holística del proceso formativo. Los cambios de paradigmas de la educación, que responden a las condicionantes planteadas anteriormente, implican a su vez   categorías, así como de la forma de relacionarlos; lo que se expresa en cambios epistemológicos, axiológicos y actitudinales frente a los fenómenos o situaciones que se interpretan e investigan desde los nuevos paradigmas y que los procesos. En este sentido, hay que reconocer que uno de los problemas más debatidos en este ámbito es la cuestión de la calidad de las acciones acuñado diferentes categorías que intentan expresar de mejor manera esta intencionalidad, provocando la asunción de posiciones diversas en cuanto al diseño del proceso formativo en el ámbito universitario. Siendo así, es lícito expresar nuestra percepción del problema con el ánimo de contribuir de manera modesta   conceptos que en la actualidad son utilizados en la academia, aunque no necesariamente con   la teoría y práctica pedagógica en la educación superior.
 119 EL PROCESO DE FORMACIÓN DEL PROFESIONAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR BASADO EN COMPETENCIAS: EL DESAFÍO DE SU CALIDAD, EN BUSCA DE UNA MAYOR INTEGRALIDAD DE LOS EGRESADOS Civilizar 10 (18): 117-134, enero-junio de 2010 ISSN 1657-8953 Se reconoce el proceso de formación del profesional que se desarrolla en la educación superior como un espacio de construcción  participantes que implica el desarrollo humano progresivo, lo que se puede explicar desde un modelo pedagógico que reconozca este proceso como un proceso consciente, complejo, holístico y dialéctico. La formación del profesional constituye, por lo tanto, el proceso en el que los sujetos desarrollan el compromiso social y profesional,  en su contexto, toda vez que elevan su capacidad  evaluación crítica y autocrítica, para solucionar problemas, tomar decisiones y adaptarse  asumiendo que alcanzar una integralidad en la formación profesional a nivel universitario implica, ante todo, formar un profesional comprometido con su labor y sociedad impone cada profesión y sus contextos. Es necesario que el currículo universitario contenga las cualidades que se aspira formar en los estudiantes universitarios, con lo cual se puede precisar cuál es el tipo de profesional que se quiere formar y cómo se estructura esta aspiración en todo el currículo, permitiendo cumplir su encargo de orientador de la dinámica de la formación de los profesionales sobre la base de dichas cualidades. Es importante señalar que  profesionales a formar, aunque lo contienen. Coincidimos con el pedagogo Gimeno Sacristán cuando señala que “los debates esenciales en torno a los currículos en la actualidad, como no podía ser de otro modo, están muy estrechamente relacionados con los cambios culturales, políticos, sociales y económicos que están afectando a las sociedades desarrolladas y que tienen como primera consecuencia la revisión del papel asignado a la escolarización y a las relaciones entre esta y los diferentes aspectos que en ella se entrecruzan: profesores, organizaciones, relaciones con la comunidad. etc.”1 . Los cambios curriculares en la educación superior deben ser expresión de la contextualización de las universidades de acuerdo con la complejidad de los escenarios en los que se desarrolla. El entorno económico, político y sociocultural condiciona los procesos educativos en las universidades, sin embargo la universidad no debe asumir una posición adaptativa al entorno, sino que debe investigarlo con profundidad para generar los procesos de su transformación. El perfeccionamiento del currículo universitario tendiente a una integralidad en la formación del profesional debe tener en cuenta o rescatar los valores humanos y sociales, centrar los procesos educativos en la formación integral de las personas, hacer de los centros educativos verdaderos proyectos culturales, formar líderes para producir la transformación, partir  los cambios a la misma, investigar sobre los de solución a los problemas encontrados, construir nuevos modelos pedagógicos y operarlos en los centros educativos mediante estrategias didácticas, transformar las formas tradicionales de administración, generar una cultura organizacional educativa y, el más importante de todos, responder adecuadamente al nuevo orden político, social y económico internacional desde la gestión curricular” .

No hay comentarios:

Publicar un comentario